¿Por qué vibra el volante del coche? Las 7 principales causas 

La vibración o temblor del volante de un coche es un claro síntoma de que el vehículo cuenta con algún fallo o deterioro mecánico, normalmente, vinculado con los neumáticos, la dirección o, incluso, con el motor.
Se ha de tener en cuenta si el volante de tu coche vibra estando el coche en marcha o, por el contrario, la vibración se produce cuando el vehículo se encuentra parado.

En este sentido, las siete razones más usuales por las que el volante suele vibrar cuando el coche está circulando son las siguientes:

  1. El estado de los neumáticos 
  2. La dirección está desalineada y la geometría de la suspensión
  3. Los silentblocks
  4. Los discos de freno están en mal estado
  5. Los amortiguadores
  6. Los rodamientos y los cubos de rueda
  7. Las juntas homocinéticas

El estado de los neumáticos

La causa más común de la vibración del volante es la que está relacionada con los neumáticos. Y es que los neumáticos son, junto al volante, unas de las partes más importantes del coche, siendo la única zona de contacto del mismo con el suelo.

El desgaste, de forma desigual en el eje delantero, los defectos derivados tanto por el transcurso de los años, como por largos periodos de inactividad, mal guardado en el almacén o, incluso, por defectos en la fabricación, pueden ser algunos de los motivos más comunes de las desagradables vibraciones en el volante.

Tras un parón del vehículo de forma prolongada en el tiempo los neumáticos suelen deformarse en su banda de rodadura provocando una vibración, o movimientos en la dirección, cuando el coche circula a una velocidad comprendida entre los 5 y los 40 kilómetros por hora.
Para que esto no suceda y la deformación de los neumáticos desaparezca conviene revisar su presión. Aunque puede variar según el modelo del automóvil, suele ser suficiente con una presión de 3,2 bares, no obstante, para saber si se ha procedido correctamente, existen dos aspectos a tener en cuenta:

  • La desaparición de la deformación de la rueda
  • No superar la presión máxima que viene indicada en la banda del neumático

Hay que tener en cuenta que si, al inspeccionar el estado de los neumáticos se aprecia una deformación u otros daños, por seguridad, resulta conveniente sustituirlos lo antes posible. Dicha deformación suele apreciarse como una vibración acompasada que incrementará paulatinamente con la velocidad del coche, pudiéndose sentir también en otras circunstancias como cuando una llanta se está abollada o arqueada.

No llevar los neumáticos bien equilibrados es otro de los factores más comunes por los que puede vibrar el volante del automóvil.
Si la vibración se produce a una velocidad en concreto, como por ejemplo a 100 km/h o dentro de un determinado rango de velocidades, el origen de dicha vibración normalmente se debe a unos neumáticos desequilibrados.

También es posible notar pequeños temblores tras proceder a un cambio de ruedas o, aunque no suele resultar habitual, al estrenar un coche nuevo al no haber realizado, desde la fábrica o el taller, de forma correcta el correspondiente equilibrado de los neumáticos.
Otra posibilidad es que, accidentalmente, alguno de los contrapesos se haya soltado. 

La dirección está desalineada y la geometría de la suspensión

Si el coche tiene la dirección desalineada o la geometría de la suspensión no es la adecuada pueden producirse vibraciones en el volante.
Asimismo, también se puede producir
un precoz desgaste de los neumáticos, un notable incremento del consumo y un peor comportamiento dinámico del automóvil. Si ocurre esto, puesto que se requiere de unos componentes de precisión e información técnica para poder ajustar de forma correcta las cotas de la suspensión y de la dirección, la única solución pasa, obligatoriamente, por llevar el coche al taller. 

Los silentblocks

Se trata de unos tacos de goma que aúnan diferentes piezas de metal teniendo como misión eludir ruidos, desgastes, así como también mitigar vibraciones. De esta forma, si estos tacos se desgastan o deterioran se producen ciertas anchuras que pueden acarrear pequeños temblores en el volante.

Asimismo, si estas holguras se producen en ciertas partes del vehículo, como en los brazos de la suspensión o de la dirección, es muy probable que el coche también pierda la adecuada geometría de la suspensión, lo que de nuevo pueden transformarse en más vibraciones. Los problemas de los silentblocks van siempre van in crescendo haciendo que la vida de los neumáticos se acorte, por lo que, tanto por comodidad como por seguridad, conviene reemplazarlos lo antes posible.

Localizar los problemas indicados en los silentblocks es algo relativamente sencillo mediante la ayuda de un elevador y una palanca de hierro. 

Los discos de freno están en mal estado

Si al frenar se produce una vibración, casi con toda seguridad, el problema reside en los frenos, siendo muy probable que los discos delanteros estén arqueados o deformados. Cuando los discos de freno no están totalmente lisos emiten vibraciones muy desagradables al volante y a los pedales y, además, se reduce notablemente la capacidad de frenar. 

La curvatura de los frenos puede deberse a diferentes motivos tales como a un excesivo uso de los mismos, a fuertes alteraciones de temperatura o al deterioro de discos y pastillas. Si esto es así, hay que corregir los discos de freno o cambiarlos por unos nuevos, siendo lo más conveniente, tanto por el precio como por las garantías, la segunda opción.
Resulta adecuado que, al mismo tiempo que se cambian los discos de freno por unos nuevos, se sustituyan también las pastillas de freno ya que las anteriores, muy posiblemente, se encuentren «corrompidas» debido al desgaste del disco de freno previo.

Los amortiguadores

Unos amortiguadores que no estén en buen estado pueden perjudicar notoriamente tanto a la conducción, como a la duración de otros elementos del coche, como puede ser, especialmente, al deterioro de los neumáticos y, en menor grado, al de los silentblocks.
Una vez averiguado el origen del problema, es conveniente verificar si los amortiguadores, torretas y demás sujeciones se hallan en óptimo estado ya que se podría disfrazar la real fuente del problema.

Hay que tener en cuenta que los amortiguadores de un coche se han de sustituir forzosamente a la vez en el mismo eje, resultando recomendable sustituir los cuatro al mismo tiempo para un óptimo equilibrio del vehículo. 

Los rodamientos y los cubos de rueda

Cuando un rodamiento o un grupo de cubo-rodamiento se halla en mal estado puede ser la causa de molestas vibraciones en el volante. Dicha casuística es la más difícil de descubrir ya que las oscilaciones pueden aparecer y desaparecer durante un recorrido de verificación, manifestándose, a veces, al frenar, haciendo creer, erróneamente, que se trata de los discos o de las pastillas de freno. Otras veces dichas vibraciones vienen acompañadas de un zumbido intermitente según las condiciones de la marcha, teniendo en cuenta las curvas, el frenado, etc.

La mejor solución es sustituir el rodamiento o el cubo, estando atento si, durante el montaje-desmontaje, se ha dañado también otros aspectos como el montante o eje. Y es que, en ocasiones, estas vibraciones se manifiestan después de una reparación como causa de un montaje erróneo de los rodamientos o cubos.

Las juntas homocinéticas

Las juntas homocinéticas de un coche son las encargadas de juntar los palieres con sus extremos, teniendo como función trasladar el giro del motor a las ruedas, posibilitando que la suspensión y la dirección realicen su trabajo favorablemente.

Si un coche cuenta con gran cantidad de kilómetros es muy probable que las juntas homocinéticas muestren desgaste, siendo común que los fuelles o guardapolvos de las mismas, al ser de goma, con el paso del tiempo se estropeen y se agrieten, conllevando a la pérdida de grasa que las lubrica, dando lugar a un mayor rozamiento y, por lo tanto, a un mayor desgaste por el incremento de las temperaturas. Esta situación hace que haya zumbidos y vibraciones, además de la posible fractura de la junta homocinética, que resulta un peligro si se produce mientras se está en circulación.
Otro claro indicio de desgaste son unos ruidos metálicos, sobre todo a pequeña velocidad.

También es posible que uno de los palieres se haya visto perjudicado o doblado. Esto también conlleva vibraciones en el volante cuando se transita con el coche, subiendo de intensidad conforme se aumenta la velocidad.

Estas son las siete razones más comunes por lo que el volante del coche vibra, pero, dado que en un coche hay cientos de piezas y mecanismos, puede haber más razones por las que el coche tenga vibraciones en el volante, como por ejemplo:

  •  una caja de dirección con holguras
  •  un sinfín de piezas y tornillos mal apretados o deteriorados

Lo más importante es mantener la dirección y la suspensión de un coche en buen estado, de esta forma se conservará el confort de marcha original del coche, su comportamiento dinámico y, sobre todo, la seguridad que es lo más importante.

¿Cuáles son los problemas que se derivan por una vibración del volante desmesurada?

La vibración desmesurada del volante de un coche puede traer consigo otros problemas, por lo que es aconsejable intentar solucionar la avería nada más detectarla. Si un vehículo está expuesto a estas vibraciones durante mucho tiempo podría producir el desgaste o desajuste de otras piezas relevantes del coche, como por ejemplo, unos neumáticos mal equilibrados podrían provocar el deterioro precipitado de los silentblocks.

Otra consecuencia es que el sistema de la dirección puede llegar a sufrir bastante ya que las oscilaciones se transmiten hasta el volante pasando primero por los terminales, la caja y la barra de la dirección. Es decir, las vibraciones que tiene el volante lo están sufriendo también todos estos elementos. 

Y es que las vibraciones en el volante no son tan solo una simple cuestión de incomodidad, sino que se trata de algo más peligroso e importante. Pueden ser un síntoma de problemas que afecten a la dinámica del vehículo, no reaccionando bien en maniobras y movimientos básicos y relevantes para la seguridad.