Pastillas de freno, ¿cuándo y cómo cambiarlas?
¿Qué son las pastillas de freno?
Las pastillas de freno son uno de los elementos más importantes para la seguridad de los conductores, así como también para los de alrededor. Se encuentran acopladas dentro de las pinzas de freno y se componen de dos elementos clave: un soporte metálico y un material prensado. El objetivo de las pastillas es reducir la velocidad del vehículo cuando se pisa el pedal mediante la fricción contra los discos y su composición puede ser de diferentes materiales:
- Semimetálicas: se trata de las pastillas más utilizadas y asequibles económicamente hablando.
- Orgánicas: son las más caras pero, a la vez, las más eficaces, aunque su duración es menor.
- Metálicas: son las pastillas con mayor duración.
- Cerámicas: las más eficaces (porque se calientan menos con el uso intensivo), pero también las más caras. Las suelen llevar coches deportivos.
¿Cuándo cambiar las pastillas de freno?
Con un uso normal del vehículo, duran alrededor de los 50.000 kilómetros, sin embargo hay varios síntomas que anuncian el momento de su reposición:
- Encendido del testigo de los frenos en el cuadro de mandos del coche.
- Disminución considerable del líquido de frenos.
- Chirrido del automóvil al frenar.
- Disminución, al mínimo recomendable, del grosor del material.
No obstante, es recomendable acudir regularmente, por ejemplo, una vez al año, al taller con tal de realizar una revisión general del vehículo. De esta forma, los técnicos indicarán si es necesario cambiar las pastillas y cuáles concretamente (en las ruedas delanteras, en las traseras o, por el contrario, en todas). Aunque el cambio no resulta complicado, por la importancia que tienen respecto a la seguridad, es aconsejable que dicho cambio se lleve a cabo en un taller profesional, teniendo un coste aproximado entre 60 y 200 euros, dependiendo del modelo de coche.
Hay que tener en cuenta que, una vez cambiadas las pastillas, deben asentarse para funcionar con toda su eficacia. Para ello, es necesario rodar aproximadamente 300 kilómetros, evitando exigirles demasiado para que no se calienten en exceso y pierdan parte de sus cualidades a la hora de detener el vehículo.
Consecuencias de no cambiar las pastillas de freno
No cambiar las pastillas cuando se debe puede, además de poder causar daños en el disco (una pieza más cara de sustituir) y en el pistón de la pinza de freno, resultar muy peligroso ya que el coche pierde eficacia en la frenada.
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