Sentir ansiedad al conducir puede parecer una reacción puntual, pero para muchas personas se convierte en una auténtica barrera llamada amaxofobia. Este trastorno, que afecta a aproximadamente el 30 % de los conductores en España, se manifiesta como un miedo intenso e irracional al volante, comprometiendo la seguridad vial y la calidad de vida de quien lo sufre. En este artículo exploramos en profundidad qué es la amaxofobia, cómo se manifiesta, qué la provoca y, sobre todo, cómo se puede superar con éxito. ¿Qué es la amaxofobia? La amaxofobia es una fobia específica caracterizada por un miedo desproporcionado e incapacitante a conducir. Aunque no es ampliamente conocida, es más frecuente de lo que parece. Quien la sufre no solo siente temor, sino que puede experimentar síntomas físicos y psicológicos graves antes o durante la conducción, incluso evitando totalmente ponerse al volante. Diferencia entre prudencia y fobia Tener respeto por la carretera es lógico y saludable. Pero cuando el miedo se convierte en ansiedad persistente, con sudores, taquicardias o bloqueos mentales, estamos ante un caso de fobia a conducir, no de simple prudencia. Síntomas comunes de la ansiedad al conducir Una persona con amaxofobia puede presentar uno o varios de estos síntomas: Palpitaciones y sudoración excesiva Temblores, mareo o náuseas Sensación de irrealidad o pérdida de control Pensamientos catastrofistas (“voy a tener un accidente”, “no puedo frenar a tiempo”) Rigidez corporal y pérdida de reflejos Insomnio o evitación anticipada antes de un trayecto Estos síntomas afectan gravemente la atención y el tiempo de reacción, poniendo en riesgo no solo al conductor, sino también al resto de ocupantes y usuarios de la vía. Principales causas de la amaxofobia 1. Experiencias traumáticas previas Haber sufrido o presenciado un accidente de tráfico es uno de los desencadenantes más comunes. Incluso una situación de riesgo que no terminó en accidente puede generar un trauma psicológico latente. 2. Trastornos de ansiedad o pánico Muchas personas con trastornos de ansiedad generalizada o fobia social canalizan su malestar en situaciones como conducir, especialmente en autopistas, ciudades o túneles. 3. Inseguridad personal y baja autoestima El miedo a cometer errores, al juicio de otros o la autoexigencia excesiva son factores que alimentan la inseguridad tras el volante. 4. Malas experiencias durante el aprendizaje Un instructor severo, exámenes mal gestionados o burlas durante las clases de autoescuela pueden dejar una huella emocional difícil de borrar. 5. Edad, salud o factores físicos Con el paso del tiempo, algunos conductores desarrollan miedo por la pérdida de reflejos, vista, oído o movilidad. En otros casos, enfermedades como la epilepsia o la hipertensión provocan temor a perder el control. Tipos de amaxofobia La clasificación más habitual distingue entre dos tipos: Amaxofobia primaria: aparece desde el inicio del aprendizaje sin causas traumáticas previas claras. Amaxofobia secundaria: surge como consecuencia directa de una experiencia negativa, como un accidente. Impacto en la seguridad vial La amaxofobia no es solo un problema personal. Conducir bajo ansiedad elevada implica un riesgo real: Dificulta la atención sostenida y los reflejos Aumenta el tiempo de reacción ante imprevistos Puede provocar frenazos, bloqueos, desvíos repentinos o abandono del vehículo Genera mayor dependencia de otros conductores Además, afecta la movilidad, la vida social, la independencia laboral y emocional del afectado. ¿Cómo superar el miedo a conducir? Terapia cognitivo-conductual (TCC) Es el tratamiento más recomendado y con mayor eficacia demostrada. Incluye: Exposición progresiva a situaciones temidas Reestructuración cognitiva para cambiar pensamientos negativos Entrenamiento en técnicas de relajación Más del 75 % de los pacientes tratados con TCC logran superar la amaxofobia de forma efectiva. Realidad virtual para fobia a conducir Existen programas con simuladores que permiten recrear situaciones de tráfico de forma controlada. Estos entornos virtuales ayudan a desensibilizar el miedo sin exponer al paciente al tráfico real desde el principio. Cursos con instructores especializados Algunas autoescuelas ofrecen formación con psicólogos del tráfico y vehículos de doble mando, ideales para recuperar la confianza tras una pausa prolongada o un episodio traumático. Técnicas de relajación y mindfulness Ayudan a gestionar la ansiedad antes y durante la conducción. La respiración diafragmática, el escaneo corporal o la meditación guiada son herramientas útiles. Otras estrategias que pueden ayudar Mantener pensamientos positivos: reforzar la idea de que “sí puedo” cambia la actitud ante el volante. Evitar exigirse demasiado al principio: comenzar con trayectos cortos, en horarios de tráfico reducido. Viajar acompañado de alguien de confianza al principio. Escuchar música relajante: según estudios, la música suave y conocida puede disminuir la ansiedad al conducir. Aquí puedes leer más sobre cómo influye la música en la conducción. Recursos útiles y búsqueda de ayuda profesional Si la amaxofobia interfiere de forma grave en tu vida, es fundamental buscar la ayuda de un psicólogo especializado en fobias o terapia del conductor. También puedes consultar programas como: Programa o recurso Descripción Enfoque CEVEMIC (España) Centro especializado en amaxofobia Terapia + práctica Autoescuelas terapéuticas Formación psicológica y conducción Apoyo integral App de realidad virtual Simulación segura de conducción Terapia inmersiva Volver a las noticias