Consejos para cambiar el aceite de tu coche

Revisar el nivel de aceite es una de las tareas de mantenimiento fundamentales para cualquier conductor, debiéndose hacer con regularidad.
De esta forma, cuando los kilómetros establecidos por el fabricante desde el último cambio se han cumplido, hay que acudir al taller para renovar el lubricante. Olvidarse de ello puede acarrear una avería costosa.

A continuación, te ayudamos a resolver algunas dudas.

¿Cómo se revisa el nivel de aceite?
Basta con abrir el capó, sacar la varilla y comprobar que el nivel es el adecuado. Si este es más bajo de lo aconsejado, ya que puede traer graves consecuencias, resulta fundamental añadir lubricante hasta alcanzar el nivel óptimo.

¿Cuándo se debe cambiar?
El cambio, salvo que se tenga que realizar por avería, lo indica el fabricante del vehículo en el Manual de Usuario que acompaña al mismo.
La horquilla, normalmente, suele estar entre los 15.000 y 30.000 kilómetros. Aunque no hay que proceder al cambio de aceite con una rigurosa exactitud, sí es recomendable no excederse en más de 5.000 kilómetros o, temporalmente hablando, 24 meses.
En este sentido, la vida del aceite no sólo depende de estos dos factores, sino también del uso del vehículo; los trayectos cortos y los lugares con temperaturas extremas obligan a cambiar el lubricante con mayor frecuencia.

¿Qué aceite se debe usar?
Aunque, en la actualidad, los aceites más usados son los multigrado, has de emplear el indicado por el fabricante.
En caso de tener que rellenar, aunque es aconsejable, no es imprescindible usar idéntica marca, pero sí la mismas viscosidades (no se han de mezclar) pues en ese caso el aceite no lubrica como debe.

Hay que tener en cuenta que hay muchos tipos de aceite. Te detallamos sus diferencias:

  • Aceites minerales. Se trata de los aceites de toda la vida, aquellos que se derivan directamente del petróleo. Son usados generalmente en coches de avanzada edad, ya que antes de 1995 los motores no estaban preparados para los más modernos aceites sintéticos.
  • Aceites sintéticos. Este tipo de lubricantes toman como punto de partida los aceites minerales y, a través de sucesivos tratamientos en laboratorio, son modificados para cumplir con ciertas características concretas.
    Son de mayor calidad que los aceites minerales, por lo que también son más caros. No obstante, se trata de un aceite más estable y con una vida útil más prolongada, siendo también más resistentes a los cambios de temperatura sin perder sus propiedades y mejoran tanto la fiabilidad como los niveles de prestaciones a lo largo del tiempo.
  • Aceites semisintéticos. Tal y como su nombre indica, este tipo de aceites están compuestos por una mezcla entre aceites minerales y aceites sintéticos, predominando habitualmente los primeros. Con este tipo de aceites se busca un punto medio tanto en prestaciones del lubricante como en precio, fiabilidad y vida útil.

¿Qué consecuencias acarrea no cambiar el aceite?
Según los especialistas, las cinco averías más graves son las siguientes:

  • Desgaste prematuro del motor.
  • Ruidos metálicos a consecuencia de la falta de lubricación.
  • Roturas de casquillos de biela que precisan de aceite para disminuir al máximo su rozamiento.
  • Arqueos de levas.
  • En el peor de los casos, la rotura (el gripado) del motor.

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